Existe un Dios y Creador, (pues el Universo no provino del Azar) y su nombre es Yahweh, pues es el Dios de la Biblia. Este Dios ha vencido y sigue venciendo historica y religiosamente al resto de otros dioses. Su Palabra, la Biblia, las Santas Escrituras, es el único libro de los llamados santos que ha cumplido su gran cantidad de profecías Divinas a diferencia del resto de libros, tales como el Qu'ran del Islam, el Bhagavad-Guitá, los Vedas o los Upanishads del Hinduísmo, las Cuatro Verdades del Buda o el Camino Óctuple del Budismo, o el Talmud de los Judíos. Debemos de reconocer que como humanidad hemos caído de la Gracia del Creador. Pero que mediante el ejemplo que Dios nos ha dado en su Hijo, el Mesías Cristo Jesús, y su sacrificio que ha demostrado que el ser humano puede seguir a Dios sin pecar, somos salvos si creemos y tenemos fé, y nos arrepentimos de nuestros pecados, y nos bautizamos en el nombre de Jesús para remisión de los pecados y como símbolo ante Dios y los hombres de nuestra dedicación a Él mediante el Cristo. Y obedecemos sus justos y simples mandamientos.

Así también, existe Satanas, el cual es el gobernante de este mundo, quien mediante la Orden de los Jesuitas y su Concilio de Diez, formado por las Mas Poderosas Familias del Mundo, son quienes controlan a la mayoría de las sociedades secretas, y dirigen hoy en dia todos los gobiernos y naciones del globo. La Orden de los Jesuitas (la Orden Templaria renacida y mejorada) es culpable de los siguientes actos: Las Primera y Segunda Guerras Mundiales, La Creación de la Masonería, La Creación y Control actual de la Mafia, La Revolución Francesa, Las Guerras Napoleónicas, El Hundimiento del Titanic, La Creación y Control de Todos los Bancos Centrales del Mundo, La Creadora de la Actual "Crisis Económica y Financiera", La Creación e Implementación Mundial de las Doctrinas Comunista y Fascista, Los Genocidios de Gentiles, Judios y de Cristianos del Siglo XX, Los Atentados contra las Torres Gemelas del 2001, Las Detonaciones de la Bombas Nucleares de Hiroshima y Nagasaki, La Guerra Civil Española, La Guerra Fria, La Guerra de Vietnam, La Actual Guerra del Medio Oriente, La Religión de la Nueva Era, La ya próxima Tercera Guerra Mundial, etc, etc.

Debemos reconocer que todas nuestras libertades que disfrutamos hoy en dia: Libertad de Pensamiento, Libertad de Conciencia, Libertad de Expresión, Libertad de Religión, Libertad de Libre Asociación, etc, fueron ganadas por Cristianos mediante la traicionada y truncada Reforma Protestante (previa a la creación de todas las Denominaciones falsamente llamadas "Cristianas") en contra de la dictadura Global de la Iglesia Católica la Gran Ramera, controlada por Papa de Roma, quien es el Hombre de Pecado.

Por lo tanto, y con el mas grande afecto y deseo por y hacia toda la humanidad y en nombre de todo lo que es bueno, me veo en la obligación, el derecho, el honor y el placer, de dar a conocer estas verdades para asi salvar la mayor cantidad de almas posible en este oscuro tiempo en que vivimos.

A través de Cristo Jesús,
Alabado sea el Nombre de Yahweh.

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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Poema: Grito Hacia Roma.

Federico García Lorca (1898 - 1936)

GRITO HACIA ROMA

(Desde la Torre del Chrysler Building)

Manzanas levemente heridas
por los finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.

Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elefantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.

Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.

Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.

Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.

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